jueves, 30 de mayo de 2013

La Toska manda!!! - Crónica CNX 2013

LA TOSKA MANDA!!!!

Empiezo la crónica de mi participación en la prueba Cortes Naturaleza Extrema con esta expresión inspirada en aquella célebre pintada que despide a aquellos que pasan a la altura de las Casas Nuevas, y que sitúa a la mayoría de los setenileños en la tesitura de sentir un poco de frustración por este atentado a nuestro orgullo colectivo, a la vez que no podemos evitar sonreírnos ante esta muestra de humor alcalareño.

No obstante, hay veces en la que desde nuestro pueblo podemos sacar pecho, y presumir de lo que somos capaces de hacer cuando nos unimos y nos proponemos avanzar todos a una, como viene haciendo el CD Artanaca en los últimos tiempos, acudiendo a muchísimas citas deportivas de nuestra comarca, siempre dejando muestras que somos un grupo de deportistas setenileños que aspiran a pasarlo bien allá donde sea menester.

Poco a poco, nuestra participación empieza a ser reclamada por cada vez más organizadores de eventos deportivos de nuestro entorno, sabedores que haya donde acude nuestro club, está garantizada una nutrida participación de los nuestros, contribuyendo al éxito y consolidación de la prueba que se trate.

El día de la CNX2013 tenía programado el despertador para que sonara a eso de las 6,00 de la mañana, pero los nervios y mis hijas se aliaron para que apenas pudiera descansar en toda la noche, decidiéndome a eso de las 5,45 que ya estaba bien, y que era la hora de levantarse.

Lo primero que hago es dar un último repaso a todo el equipo que había preparado la noche anterior, para que no ocurriera como otras veces que se me olvidan la mitad de las cosas. Tras comprobar que todo está en orden, me preparo un buen café mientras empiezo a mandar algunos wasaps a los compañeros, pero se ve que a esas horas están aún durmiendo como benditos.

Sobre las 6,25 me dirijo a recoger a Cedeño, ya que teníamos que instalar el transportin para su bicicleta en mi coche. Esta operación, que en cualquier otro momento se realizaría en un par de minutos, antes de amanecer se hace complicadísima, pero desde luego fue un motivo para las primeras carcajadas de la jornada, ya que entre bromas, no llegamos a descartar que Cedeño tuviera que irse montado en bicicleta hasta Cortes de la Frontera.

Una vez preparada la bicicleta y todo lo demás, nos dirigimos a boxes (zona de la pizzería), a reunirnos con el resto del equipo donde hago recuento de todos los Artanaca que tomarán parte en la prueba de hoy. Así compruebo que en bicicleta, además de mi socio Cedeño, van Romero, Antonio Zamudio, Juan Domínguez, Joseito, Juan Cristóbal, Santi Porras, Javi Carreras, Jaime Porras y Paco Vargas. A pie participaríamos Bartolo, Rafael Durán y yo mismo. Posteriormente en Cortes se nos unió Javi Domínguez, que viajó por su cuenta.

Tengo que hacer en este momento mención especial a Juan Parras, que no pudo participar por estar lesionado, pero que acudió a apoyar a su equipo, y contribuyó de una manera importantísima a que el buen ánimo y el buen humor del grupo no decayeran en ningún momento. El pobre pasó un día bastante nervioso, porque es todo un deportista que tuvo que ver, en esta ocasión, “los toros desde la barrera”, y al que todos deseamos que supere estos problemas en su rodilla y que pronto vuelva a darlo todo en carrera.

Nos ponemos en marcha y nos dirigimos a La Fragua, en Ronda, a desayunar. Allí todos dimos cuenta de esas “alpargatas”, que se están convirtiendo en toda una tradición Artanaca antes de cada competición, y que aportan la energía necesaria para acometer con garantías el reto que nos aguardaba.

Desde aquí ya nos vamos directamente a Cortes de la Frontera, donde aparcamos, vamos a recoger los dorsales y vamos comprobando el enorme ambiente que hay en el pueblo, como corresponde a una cita deportiva plenamente consolidada y que cada vez atrae a más y más gente.

Sin más, y atesorando cada vez más nervios, nos situamos todos en el cajón de salida de las bicicletas, sabedores ya que la salida para ellos es inminente. Como ya somos veteranos en estas lides, pasan los minutos mientras saludamos a otros compañeros con los que hemos coincidido en alguna prueba anterior, nos deseamos suerte de manera mutua y nos emplazamos a la celebración posterior a la carrera.

Tras la salida de los ciclistas, Rafael, Bartolo y yo nos dirigimos a la línea de salida de corredores, comprobando que apenas vamos tomar parte unos 60 participantes, y pasando a bromear acerca de la “estrategia de equipo” que vamos a seguir en esta ocasión. La organización nos comunica algunas indicaciones a tener en cuenta a la hora de atravesar las calles del pueblo y sin más da inicio la competición para nosotros.

Nada más empezar veo como mis dos compañeros se adelantan buscando el ritmo que mejor les venía, y yo ya me concentro en encontrar el mío propio. Atravesamos las distintas calles de Cortes de la Frontera hasta que en 5 minutos abandonamos el pueblo y tomamos unos senderos ascendentes y muy estrechos, que hacen que los primeros 3 kilómetros nos obliguen a superar un desnivel considerable. Alcanzamos por fin la carretera, donde continuamos ascendiendo un par de kilómetros más, hasta alcanzar el primer avituallamiento, donde aprovecho para hidratarme como requiere el calor de justicia que poco a poco va apareciendo.

Una vez arriba, empezamos a descender hasta el rio, ya en el kilómetro 10. Transitamos por aquí por un entorno absolutamente espectacular, aunque con algo de riesgo ya que no hay sendero ni vereda, así que el ir campo a través con tanta piedra supone un riesgo importante para la integridad de los corredores. A mí mismo se me dobló el tobillo en un momento dado, lo que hizo que me preocupara ante el alcance de la posible lesión. No obstante, el trabajo con Ivan en el gimnasio (hemos estado trabajando la estabilidad, jajajajaja) parece que dio sus frutos y todo quedó en falsa alarma.

Superados esos miedos, continuo descendiendo y me van superando algunos participantes, lo que hace que me agobie un poco, ya que considero que debería avanzar a otro ritmo, alcanzando el final de la bajada en el kilómetro 10, donde tenemos otro avituallamiento, en el que me concedo un par de minutos de descanso para refrescarme y hacer un repaso mental a lo que se me acerca.

Y es que estoy a punto de darme de bruces con una de las subidas mas importantes, no sólo de esta Cortes Naturaleza Extrema, sino también de todo el calendario de montaña que afronta el CD Artanaca Setenil. Supero las primeros tramos llanos y ascendentes, hasta que por fin me encuentro acometiendo de lleno El Cortafuegos, una pared en toda regla con unos desniveles de órdago, que se suele atragantar a todo el que la acomete. A pesar de todo, conocer el recorrido por haber participado en la edición del año anterior me facilitó el ascenso y de que manera. Si el año anterior se me hizo interminable, este año ascendí de una manera mucho más ágil, llegando arriba con unas sensaciones increíbles. Además, en la subida pude superar a algunos participantes que me pasaron en la bajada, lo que me dio un subidón de moral determinante de cara a lo que quedaba de prueba.

Las sensaciones son tan buenas que llego incluso a preocuparme. He superado la parte, posiblemente, mas dura del recorrido y me siento tan bien, que pienso que antes o después tendrá que venir “el tio del mazo” a golpearme con todas sus fuerzas, por lo que me dispongo a acometer los kilómetros de bajada que tocan intentado dosificar las fuerzas.

El terreno es muy propicio para trotar, lo que hago sin dilación, alcanzando y superando a algunos participantes, hasta que coincido con Alejandro, un participante sevillano con el que entablo conversación y culmino el descenso llegando al avituallamiento situado, aproximadamente, en el kilómetro 25. Ahí aprovecho para ingerir toda la fruta que puedo, ya que me había comentado el compañero que me encontraba un poco pálido, posiblemente por la falta de sales minerales, así que es el momento de reponer fuerzas.

No obstante, en este punto soy consciente de que estoy haciendo una buena carrera y que si continuo así puedo hacer un grandísimo tiempo en meta, lo que me aporta un extra de moral para lo que resta de carrera.
Tras el avituallamiento, nos toca otros 3 kilómetros de subida constante, que afrontamos andando tanto el compañero Alejandro como yo, pero que sin pausa logramos superar, al menos en lo que a mí respecta. Ya estamos en el kilómetro 29, en un tramo de carretera que se me hizo muy duro el año anterior, por lo que lo asumo con muchísima cautela. Comenzamos a trotar y vamos avanzando cuando el compañero se detiene por calambres en las piernas y me indica que continue, que enseguida tratará de darme alcance. Yo, aunque sigo sintiéndome bien, no quiero tentar a la suerte y sigo avanzando, ya que soy consciente de que a las alturas de carrera que estoy, hay que aprovechar las fuerzas que quedan para alcanzar la meta.

Consigo superar el tramo de carretera sin parar de correr, lo que me hace sentir muy bien. Voy por el kilómetro 33 y he conseguido todos mis objetivos que me había trazado hasta ese momento, lo que me reconforta. No obstante, conozco lo que me queda por delante: un par de kilómetros de descenso por una trocha atestada de piedras, donde me tocará sufrir, ya que a pesar de las buenas sensaciones, las ampollas con las que terminé el Homenaje a la Legión no se han curado del todo y el terreno que viene me hará mucho daño.

Todo sucede como venía pensando; en apenas 5 minutos los pies los tengo absolutamente reventados, así que me doy cuenta que ahora toca avanzar con inteligencia. No puedo arriesgar la grandísima carrera que había hecho hasta el momento, así que decido continuar andando, intentando minimizar el daño que el terreno me estaba haciendo.

Por fin termino la bajada cuando toca afrontar el enorme repecho que nos da entrada en Cortes de la Frontera. Son apenas 200 metros pero de un desnivel absolutamente impresionante. Por fortuna, el subidón de moral que llevo hace que las molestias físicas queden en un segundo plano, y lo supere sin apenas darme cuenta, entrando de nuevo en el pueblo.

Tras superar un par de calles, acometo las rampas previas a la línea de meta, cuando veo a Bartolo, Juan Cristóbal, Romero y Antonio Zamudio que ya han entrado en meta y se dirigen a los coches a por los macutos. Tras el preceptivo choque de manos con los compañeros continúo avanzando y ya recibo los primeros aplausos desde la meta, donde se encuentran la mayoría de los nuestros que habían acabado hasta ese momento, así como algunos acompañantes. Ahí se viene conmigo mi socio José Antonio Cedeño Jr., a acompañarme en mi entrada en meta, lo que hizo aún mas especial mi final de carrera. Este momento es indescriptible.

Al final alcanzo la meta con las piernas algo tocadas, pero muy satisfecho por la carrera que he hecho, ya que terminé rebajando mi tiempo en mas de 30 minutos respecto del que hice en la edición anterior.

Inmediatamente paso a buscar a los compañeros que han entrado en meta, localizándolos y confirmándome que se encuentran bien, debiendo reseñar alguna que otra caída, de la que da buena muestra las rodillas y los codos ensangrentados, aunque sin mayor trascendencia. Asímismo, nos disponemos a esperar a los que aún restan por entrar en meta.

Quiero felicitar a todos y cada uno de los Artanaca que participaron en esta edición de la Cortes Naturaleza Extrema, por el grandísimo papel que han hecho, fundamentalmente a los debutantes, Javi Carrera, Jaime Porras y Paco Vargas, reconociendo el enorme mérito que tuvieron al terminar la prueba y esperando que vuelvan a repetir en alguna ocasión con nosotros.

También quiero agradecer a nuestros acompañantes, que se tomaron la molestia de acudir a apoyarnos y animarnos en la línea de meta: Silvia Gutiérrez, Sonia González, David Robles, José Antonio  y David Parra y a Antoñín, que este año no ha participado pero que acabó haciendo más kilómetros que la mayoría de nosotros.


Por último, agradecer a la organización de la Cortes Naturaleza Extrema la oportunidad que nos brinda de disfrutar del entorno inigualable por el que discurre la prueba. Esta edición ha sido espectacular, consiguiendo pulir algunos detalles sobre ediciones anteriores, lo que hace aún mas grande esta cita.



















martes, 28 de mayo de 2013

101 km Ronda (por Ismael Reina)


101 km Ronda

El pasado 11 de mayo, tuvo lugar una de las carreras más importantes de España, concretamente situada en el sur de este país. Dicha prueba requiere de mucha exigencia tanto física como mental. En esta carrera todos los participantes coinciden en algo y este algo es el sueño de poder terminarla, de poder cruzar esa línea de meta tan esperada.

La prueba a la cual me vengo refiriendo es la llamada 101 Km en 24 horas de Ronda, en  la que hay tres modalidades: MTB, duatlon y marcha, siendo esta última a la que yo me enfrento.

Ese día por la mañana bien temprano (7:30h), quedamos todos los Artanacas en la parada donde nos reunimos para tomar dirección Ronda. Aquí se mostraban los primeros nervios.

Emprendimos el viaje rumbo a Ronda donde dejé a mis compañeros Artanacas para entablar mi camino.

Sobre las 8:15h, fui a desayunar a la casa de mi tía Paca, donde mi prima me estaría esperando con un buen desayuno para coger fuerzas y llenarme de energía.

A eso de las 9:15h, empecé a prepararme y vestirme y esto hizo que me pusiera más nervioso y tenso de lo que ya estaba. Empezaron las primeras llamadas y mensajes para darme ánimos, de lo cual estoy enormemente agradecido.

Media hora mas tarde aproximadamente, me dirigí hacia el campo de futbol. Una vez allí, percibí y sentí el espectáculo que esta carrera desprendía.

Ya dentro del campo de fútbol, estuve con mi gran socio Bartolo que estaba allí con su sobrino Juanillo, el cual iba a realizar los 101km en modalidad infantil. Bartolo, me dio consejos como lo hace siempre cosa que me tranquilizó. ¡GRANDE BARTOLO!

A las 10:30h, empezó la salida de las bicicletas y como no me la quise perder, allí estaba yo en primera fila para poder ver a mis compañeros de Artanaca y desearles lo mejor para este gran momento.

Aquí quiero hacer un pequeño hincapié: no se si fue la emoción de ver tantas personas saliendo en bicicleta o el mirar hacia atrás y ver miles de personas todos con la misma ilusión hicieron que llorase durante un rato. Es aquí cuando siento lo que realmente son los 101 Km. Además de 101 kilómetros, tiene más de 101 historias, sacrificios, sufrimientos. Aun así, vale la pena sufrir para estar ahí.

Una vez finalizada la salida de los ciclistas llegó nuestro turno, el turno de los marchadores y la verdad fue increíble ver como todos los corredores “volaban” para situarse en una buena posición en el cajón de salida.
Antes de la salida, hicimos el “Ritual” e inmediatamente el pistoletazo de salida.

En los primeros metros, apenas se podía correr. Aún con nervios empecé a trotar y al pasar por el puente nuevo estaba mi novia para darme los últimos ánimos de la carrera.

Dejando Ronda atrás, empezamos a aventurarnos. Mi comienzo fue un poco malo, no podía correr debido a la gran cantidad de personas que había disfrutando de esta prueba, esto hizo que me agobiara un poco. Yendo dirección al Pilar de Coca estaba Ignacio esperándome para darme agua, además de consejos. ¡Te eché de menos!

Una vez pasado el Pilar de Coca, cogimos dirección Puente de la Ventilla, donde me sorprendí por la gran cantidad de personas que había para dar ánimos y donde de nuevo se encontraba el gran Ignacio para volver a darme agua y powerade e incluso para correr conmigo algunos metros. ¡Que grande eres crack!

Pasado el puente de la ventilla, nos adentramos en las navetas, recorrido al que yo le temía más debido a lo mal que lo pasé el año pasado. Pero esta vez no fue así, ya que cuando quise darme cuenta ya estaba en la “Parada” es decir, no me quedaba nada para salir. Deprisa comí y salí como una escopeta para no enfriarme.

Pasando las Navetas, con una sensación excelente, pusimos rumbo a Arriate. En esta parte de la carrera, fueron los pasos más duros, llegando a Arriate, noté como el gemelo izquierdo se me subía y es ahí cuando pensé que la carrera había acabado para mí.

Por Arriate, me encontraba muy mal psicológicamente, pero las continuas llamadas de mis amigos y de Laura, añadiendo el empujón de fuerza que me dio el gran Bartolo que se encontraba allí, hizo que no pensara en nada más que en disfrutar, pero inevitablemente en el Cerro de las Salinas me dio un bajonazo, un bajonazo que me dejó K.O. Aunque la “salvación” la encontré en un compañero que empezó a comerme la cabeza y sin darme cuenta estaba en la cima. ¡GRACIAS CIENTOUNERO!

Aunque ahí no concluyó el bajonazo, ni el dolor en el gemelo, aún seguía mal pero decidí correr pensando que si corría poco a poco todo acabaría. Y así fue, después de parar en el Puerto del Monte, donde me esperaban mis padres con más agua y powerade, seguí corriendo pasando la romería de mi pueblo. Poco a poco, paso a paso me iba encontrando mejor. Pasando por Alcalá pensé en que había alcanzado mi primer objetivo ¡tener la mitad de la carrera realizada! Esto fue un plus para recuperarme.

Metro a metro, kilómetro a kilómetro me iba encontrando mejor. Seguían las llamadas y las conversaciones con compañeros hacían que no pensase en mis problemas. Y lo que verdaderamente hizo que me recuperara del todo fue la entrada a MI PUEBLO, dios mío que recibimiento, fue algo increíble, no encuentro las palabras para describir lo que sentí, es imposible describirlo, solo es entendible si lo vivís como yo lo viví. Ese recibimiento y esa despedida en la vida se me olvidarán. De aquí quería darles las gracias de corazón a todos y deciros que os quiero.

Proseguí mi camino y llegué a mi casa, donde recogí agua y comida, salí rápido y sin enfriarme, y volvió a aparecer Bartolo para darme los palos. Bartolo se hizo los 101 Km para estar con nosotros, sigo insistiendo en que eres un grande!

Pues bien, ya me quedaban 40 Km que sin duda eran los más duros de la carrera. A pesar de todos mis problemas, llegué a esa parte súper motivado y sin ningún tipo de dolor y esto hizo que aprovechara para correr.

Estaba anocheciendo cuando iba llegando al cuartel y es ahí cuando dije ¡ESTO ES MIO! En el cuartel comí un poco y salí como un rayo para comerme la Ermita! Y así fue, subí la Ermita a muy buen ritmo. Y es que cuando te encuentras a ti mismo no tienes límites.

Pasando Montejaque, Benaoján y la Estación, pusimos rumbo a los últimos 10 Km. Fueron muy duros, ya que después de 90 Km el cuerpo va cansado, tienes ampollas y si encima te meten dos cuestas de regalo… Pero mi cabeza estaba en su sitio y sabía que podía con eso y MÁS!

Pasando la ruta de los caballos ya se veía Ronda, esto fue una sensación fantástica!!

Nos dirigimos al Puerto de la Muela, que se hizo un poco pesado pero bueno, había que seguir. Antes de llegar me torcí el tobillo, pero no podía parar ya que si me enfriaba podía ser peor.

Pasado el Puerto de la Muela solo quedaban 1,5 km, me quedaba la cuesta del cachondeo… un nombre muy apropiado…

Me planté en la cuesta del cachondeo y comencé a subirla casi corriendo de las ganas que tenía de acabar y porque podía y me sentía muy bien. A la mitad de la cuesta me encontré a un participante que se tiró al suelo diciendo que no podía, así que pare a decirle que esto lo terminábamos, le dí mis palos y subimos. Faltando unos metros para terminar de subir me dijo que iba a descansar un poco y luego seguiría para acabar la carrera. Yo proseguí mi camino, me propuse correr hasta la meta y así fue, enorme la expectación que seguía habiendo!!

Ver la entrada de la alameda fue algo magnifico. ¡¡LLEGUÉ!! ¡¡ LO CONSEGUÍ!!

Allí en la meta estaba Laura, mi novia, la persona que ha estado conmigo cada segundo y antes de entrar me fundí en un emotivo abrazo. ¡GRACIAS!

Ya estaba hecho, entre a meta y me pusieron el famoso y ansiado ladrillo. Imposible de describir lo que se siente en ese momento.

Para darle fin a este relato, quería agradecer a todas y a cada una de las personas que han estado ahí apoyándome, dándome fuerza, confiando en mí siempre.

Agradecer por las continuas llamadas, por los continuos ánimos, por los ¡VAMOS TÚ PUEDES!

¡OS LO AGRADEZCO DE CORAZÓN A TODOS! ¡OS QUIERO!













jueves, 23 de mayo de 2013

X Marcha BTT Olvera (por Jose Antonio Cedeño)



CORAZÓN Y EMPUJE EN 59 KM

       Tengo que empezar mi crónica felicitando al grupo tan maravilloso y fantástico. ARTANACA-SETENIL.   

         Mal se presentaba el sábado por la mañana cuando desperté y me di cuenta de que tenía una carrera, en la que no me iba a encontrar a ningún miembro de Artanaca; Pensé: “esto se me va hacer aburrido y largo”.

         Una vez en Olvera, prepare todo lo necesario para el evento, pero como hacia tanto frío me metí en el coche un poco. Al cabo de un rato salí para dar unas vueltas de calentamiento y  veo a Lucas, ganador de los 101 km en MTB, lo felicite y le di mi enhorabuena por su triunfo. Por cierto, un jilguero está más gordo que él.

         Se da el pistoletazo de salida (Entre olor a 3en1 y a Réflex), en principio neutralizada por las calles de Olvera, donde subimos a la parte alta del pueblo y desde allí hacia la Vía Verde, de donde comenzamos la carrera, algún@s de los participantes optaron por no realizar el recorrido de reconocimiento por el pueblo, dirigiéndose directamente al punto de salida (Vía Verde).

         Empiezo mi carrera y las sensaciones eran malas, tanto mentalmente como de fatiga, pero me voy animando poco a poco, al ver que estaba adelantando a otros ciclistas. Me uno a un grupo compuesto por participantes de Chiclana, San Fernando, Olvera y Trebujena, este último con todo su arte me dice ¡¡¡¡picha parece un velero!!!! Entonces me doy cuenta que llevo el chubasquero abierto y con el aire que soplaba hacia frenar mi ritmo.

         Después de un buen rato con ellos de subidas duras y bajadas vertiginosas, o sea, un rompe-piernas total, llegamos a la última bajada dura antes del desvío Maratón-Cicloturista, la cual la realicé con un chaval de Olvera, a muy buen ritmo quedándome alucinado de los derrapes que éste hacía, se notaba que conocía bien el terreno.

         Llegamos al cruce del desvío Maratón-Cicloturista, existiendo una diferencia entre ambas carreras de 22 km más en la Maratón con subida al Mogote, ahí me dio que pensar, pero una celebración a la cual tenía que asistir al medio día, me hizo decidirme por la Cicloturista “cuestión de horario”.

         Me quedaban por delante poco más de 17 km  aproximadamente de Vía Verde, con una pendiente entre el 1,5 y 2 % ascendente para llegar a Olvera, con pasos espectaculares por túneles, paisajes, etc., y sobre todo el Peñón de Zaframagón  con vistas impresionantes de pura naturaleza, por lo que se hacía más ameno el recorrido.

         A mitad del recorrido empecé a tirar un poco, dando alcance a numerosas personas, más visitantes que participantes, y acordándome que la primera y única vez que realicé este trayecto con mi cuñado Antoñito me entró una pájara que me duró más de un mes.

         Ya llegando a la estación de la Vía Verde en Olvera, me encuentro la última dificultad de la carrera, la subida como yo conozco antigua Discoteca Estación, que tantos recuerdos nos ha dado, y veo como dos ciclistas se quedan clavados con calambres y otro zigzagueando para intentar alcanzar la parte final de la misma.

         Una vez dentro de Olvera, y circulando y pasando por varias calles me dirijo a la línea de meta y alcanzando la misma me encuentro con mis amigos y compañeros de trabajo Pepe y Miguel Ángel, este último presidente del Club Ciclista Navalagrulla y organizador del evento junto con otros socios, dándome las felicidades por la finalización y tiempo realizado.

         Para terminar mi crónica, que espero os haya entretenido un poquito, agradecer y felicitar a la organización del Club Ciclista Navalagrulla de Olvera por la carrera que nos ha brindado; además quisiera aprovechar esta oportunidad que me dais para dar las gracias públicamente a MI MUJER y a MI HIJO, por el apoyo que me dieron en los 101 km de éste año y a las numerosas personas que nos apoyaron durante todo el recorrido (Ángel Medina, José el Palilo, Bartolo, Elena, Mª José, Galampos, etc.) y a Sebastián Zamudio por las numerosas llamadas e interés que puso por todos los participantes y no participantes.
                                                                                
¡¡CHAPÓ Y VIVA ARTANACA!!







        
                                       

jueves, 16 de mayo de 2013

Caminante no hay camino… (por Jesús Robles)


“Caminante no hay camino…”

Crónica de un trayecto en bicicleta cuya primera estación fue ARTANACA, y la  segunda estación fue la prueba de los 101km  2013.
Por Jesús Robles Glez.

Desde el pasado verano venía saliendo en bicicleta, con el único propósito de pasear y realizar alguna actividad física. Pero resultó que, con el paso del tiempo, y es lo que tiene este bello deporte, me iba encontrando mejor, y más cómodo, disfrutando, cada día más, de las salidas en bici y de las aventuras con mis compañeros de ruta.

Ya, durante la pasada Navidad, alentado por mis hijos, y tras recibir un gran sorpresa, mi nueva bicicleta, es cuando me planteo, definitivamente, realizar los 101 km. Y es aquí cuando me surgen las primeras dudas. ¿Será tan dura como dicen? ¿Conseguiré acabar la prueba? ¿Merece la pena realizar tal esfuerzo?

Una vez tomada la decisión de participar en dicha prueba, y teniendo en cuenta uno de los principios en los que siempre me baso, “si hago algo, es para hacerlo bien”; aquellos paseos en bici que inicié en verano, comienzan a convertirse en días de gimnasio, entrenamientos más serios con la bici y pruebas deportivas con el Club ARTANACA-SETENIL (1ª Estación).

Y como “todo pasa y todo queda,pero lo nuestro…”llegó el día previo a la prueba, y los nervios comenzaron a florecer, pensé en irme pronto a la cama y así descansar, pero entre colocar el  dorsal, ajustar la mecánica de la bici, comprobar el resto de detalles para que no faltase nada, y arreglar alguna que otra carroza para la romería, terminé aquella noche acostándome bastante tarde.

Amaneció, pues todos los días sale el sol, y llegó el día de los 101km. A las siete de la mañana sonó el despertador, aunque, yo llevaba, ya, una hora despierto, bastante nervioso, pensando en lo que me depararía el día. Me levanté, desperté a mis hijos, que también participaban en la prueba, cogimos todos los preparativos y  después de desayunar y montar nuestras bicis en el coche y nos pusimos en marcha dirección Ronda,  camino del campo de fútbol.

Una vez allí, lo primero que me sorprendió fue elmagnífico ambiente que había, y el aire de convivencia y deporte que se respiraba. Entramos y nos dirigimos a localizar a los compañeros del C.D. ARTANACA-SETENILque participaban, allí estábamos todos, ciclistas, duatletas y marchador (José Antonio Sedeño, Santi, Antoñín, Iván, Moisés, José Antonio “Papero”, Toni Benítez, Iván Vargas, Juan Parra, Juan Cristóbal, José Domínguez, Rafael Durán, Romero Ismael Reina y mis hijos), nos saludamos, conversamos para soltar nervios y nos deseamos que disfrutáramos de un maravilloso día.

A las diez y cuarto de la mañana  vi como todos los que estaban sentados en el suelo se  levantan, cogen su bicis y se preparan para la salida neutralizada.  Que entusiasmo y que emoción sentí, nunca había experimentado algo igual, a nivel deportivo. Aún no habíamos salido, y lo que estaba vivenciando merecía ya la pena. A las diez y media  se dio la salida neutralizada,  y me encontraba un poco nervioso y expectante,  pero en cuanto me monté en la bici y salí, mis primeras sensaciones fueron muy positivas, planteándome como único objetivo el disfrute de esta experiencia.  Comencé a buscar al restode componentes del equipo del C.D. ARTANACA, pero que al ser más jóvenes querían ganar posiciones para la salida oficial; veo algunos muy lejos, pero me digo,  bueno yo  mi ritmo y a pasarlo bien.

Dan la salidae iniciamos la marcha todos en gran pelotón, no había sitio, a los pocos segundo, en el arcén de la carretera veo un percance, tres bicis ,una encima de otra, y algún lesionado tirado en la carretera.  La imagen me deja un mal sabor de boca, pero me dije que entre tantos y con las prisas,  siempre tiene que pasar algo.

Al cabo de un rato, miro el cuentakilómetros  y veo 15 km,  esto va  de maravilla,  estoy a gusto y voy bien.
Van pasando los kilómetros y sin noticias de los compañeros de Artanca, pero yo seguía a mi ritmo, pedaleando sin parar. Una vez pasado Arriate,  comencé a ascender el durocerro de Las Salinas, el primer puerto del día, tras subirlo, me quedo sorprendido, lo había superado sin dificultad, con buena cadencia de pedaleo y muy cómodo.Una vez llegado al avituallamiento del Cortijo del Polear, empecé a adelantar ciclistas, influenciado por la dosis de energía que me dio encontrarme en término de Setenil, y tras recorrer el carril de la emisora (como popularmente se le conoce) y el carril de Aguilera, llego a Alcalá, donde tengo uno de mis dos avituallamientos especiales, el otro, claro está, estaría en Setenil, donde me esperaba mi mujer con todo tipo de alimentos y bebidas. Allí descansé un poco, comí e inicié la marcha por la calle cuevas del sol, que ambientado estaba, que lujo para un setenileño, ver su pueblo así, aún más recibiendo esos ánimos desde el público, entre ellos, el de mi amigo Ángel Medina.

Tras pasar por el colegio de Setenil, notaba que algo de lo que había ingerido no me había sentado muy bien, y ya subiendo la cuesta denominada el olivar, una vez pasada la Cruz Blanca y los Montecillos, comencé a sentirme cansado, y pensé “ya está aquí el tío del mazo”,  pero, por otra parte,  me decía, esto no puede acabar aquí, hay que continuar y llegar, al menosal cuartel de la Legión. Y lo conseguí, llegando al cuartel,veo al fondo a un componente de ARTANACA-SETENIL,  era  nuestro amigo José Domínguez,  que venia de hacer su tramo corriendo, y es que, este artanaca no  anda,  vuela.

En el cuartel fui al comedor  a descansar,  donde  estuve un buen rato  recuperándome y comiendo. Que ambientazo había allí,  que armonía, que convivencia que bonito era aquello,a pesar de que tenía que llegar a meta, no quería irme, me quedé impresionado.

Una vez repuesto, me apliqué crema en las piernas y me puse manos a la obra, de nuevo, “cogí mi burra y en marcha”, me dije “vamos a por el cerro de la ermita de Montejaque”,  subiendo aquella cuesta de piedra y arena, y aunque parezca contradictorio,  me fui encontrando mejor.  Y Una vez en  el cortijo  que hay antes de coronar la ermita pensé, “ya si que sí, esto esta chupado, llego seguro”.

Continuo pedaleando y haciendo kilómetros. Al final de la estación de Benaojan, hay  un soldado que nos indica una trialera con mucha pendiente y estrecha,  y me pregunto, ¿y esto quées? me bajo de la bici y empiezo a subir, miro haciaarriba y veo un montón de participantes en fila,que bonito, pero a la vez, que sacrificio. Después de terminar aquel tramo, empecé a subir otra cuesta, conocida como “la de los caballos”, por cierto en muy mal estado, y de repente un descenso,  un poco empinado,  pero siempre “es mejor bajar que subir”. Tras bajar la cuesta, y al notar bastante sed, de repente, ¡qué suerte! me encontré con una cuba de agua, me mojé la cabeza, las manos y los brazos, rellené los botes y de nuevo en marcha. Ya me encontraba en el último puesto de control, km 96, donde me informan que queda poco, que está casi terminado, la meta estaba cerca.Tras un descenso, solo quedaba la cuesta del cachondeo, ya en Ronda. Empiezo a tirar de mi mismo y en poco tiempo veo el tajo de Ronda, me da una alegría enorme verme allí, sigo la ruta y en la subida veo una bonita equipación celeste, un artanaca,  concretamente nuestro compañero Romero, que a pesar de llevar desde el km 30 con problemas musculares, demostró, una vez más su enorme pundonor, y se encontraba a sólo 2km para alcanzar la meta, y es que “un artanaca nunca se rinde”.  Me intereso por él y  me dice que no me pare que  siga,  que nopasa nada.

Proseguí ascendiendo la célebre cuesta y después de subir unos 150 metros,comencé a notar síntomas de calambres musculares, por lo que opté por bajarme de la bici y continuar andado, pero a buenritmo,  casi al paso de los pocos que iban subidos“todos por igual”. La cuesta pasó, y tras el sufrimiento, empecé a ser consciente de que la meta estaba muy cerca. Ya subido, pasando por el puente nuevo, sentí una enorme satisfacciónal ver que  terminaba. Ya en la meta, lo mejor, mis hijos esperándome que también habían finalizado, tras verlos, unas lagrimas de emoción  “….. lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”.

Gracias a todos los que de una u otra forma me habéis ayudado a terminar esta prueba,  a mis hijos, a mi mujer, a mis amigos de Artanca, sin vuestro apoyo no habría sido posible conseguir este reto.









miércoles, 15 de mayo de 2013

Artanaca en los 101 Kilómetros de La Legión 2013

Aun con la resaca de todas las emociones que nos ha dejado la última Edición de los 101 kilómetros de La Legión, el Club Artanaca quiere felicitar a todos sus miembros participantes, por la grandeza, la entrega y la deportividad demostrada una vez más.

Hemos tomado parte en todas las categorías, demostrando que el Club ha estado a la altura de la prueba reina  de la Ultradistancia. Todos los compañeros alcanzaron la meta sin mayor novedad que el esfuerzo requerido para culminar este reto. Ahora es el momento de disfrutar, de contar batallitas y de convencer a todos aquellos indecisos de las maravillas del deporte.

Hay que destacar la participación de Juan Molinillo y José Antonio Cedeño en la prueba infantil, donde además de pasar un buen rato haciendo deporte, han conseguido que todo el Club se emocione al ver las fotos que nos han enviado.

A continuación os dejamos algunos videos y fotografías que muestran nuestra participación en los 101 kilómetros, así como el ambientazo que había a su paso por nuestro pueblo.

VAMOS ARTANACA!!!!

Enorme el ambientazo en las Cuevas del Sol

Ismael fue profeta en su tierra. 
Tardará en olvidar su paso por Setenil

Algunos de los nuestros aguardan el pistoletazo de salida

Impresionante panorámica del cajón de salida de bicicletas

Ivan, dándolo todo, en un momento de la prueba

Juan y José Antonio, el futuro del CD Artanaca Setenil

Ismael, con José Antonio y Juan, antes de la salida.
Siempre con nuestra bandera de Setenil

José, Antoñín y Juan Cristóbal, preparando el equipo.

Los nuestros, ultimando el equipo antes de la carrera


Impresionante video que muestra el paso de ciclistas
por varios puntos de Setenil de las Bodegas

domingo, 5 de mayo de 2013

101 Kilómetros de la Legión.

Ya está aqui la prueba reina, la gesta con la que todos soñamos, la que cualquiera de nosotros desea culminar...ya ha pasado un año, ya se acaba el entrenamiento, el esfuerzo llega a su fin...

Tan sólo resta disfrutar.

Suerte a todos.

VAMOS ARTANACA!!!!!